Las marcas de garantía son aquellas marcas que certifican que determinados productos o servicios cumplen con unos requisitos comunes, en especial en lo que concierne a su calidad, componentes, origen geográfico, condiciones técnicas o modo de elaboración del producto o de prestación del servicio.
Este tipo de marcas no puede ser utilizada por su titular, sino que lo será por terceras empresas a quienes el titular de la certificación autorice tras haber efectuado un control sobre los productos o servicios del mismo.
La esencia de estas marcas reside en los reglamentos de uso. En dicho reglamento se indican las personas autorizadas a utilizar la marca, las características comunes de los productos o servicios que se van a certificar, la manera en que se verificarán estas características, los controles y vigilancia del uso de la marca, las responsabilidades en que se pueda incurrir por el uso inadecuado de la marca y el canon que, en su caso, se exigirá a quienes utilicen la marca de garantía. Los reglamentos de uso de las marcas de garantía están depositados en la Oficina Española de Patentes y Marcas.
Algunos ejemplos de marcas de garantía españolas son “Cochinillo de Segovia”, “Aceite de Huelva” y “Gamba de Palamós”. A nivel internacional destacan, entre otros, la marca registrada “Woolmark” y el sello de calidad francés “Label Rouge”.
Los consumidores valoran las marcas de garantía. Por ello, si una empresa comercializa productos o presta servicios que cumplen con los requisitos de una certificación, el marcaje de garantía sin duda contribuirá a ganarse la confianza de los clientes y su fidelidad.
